miércoles, 4 de noviembre de 2009

"El poder de los Dogû: Figuras cerámicas del antiguo Japón"

Quisiera comenzar pidiendo disculpas; He dejado abandonado durante demasiado tiempo el blog, y si bien es cierto que ha habido circunstancias que pueden justificar semejante olvido, también es cierto que he dispuesto del tiempo suficiente como para actualizar, aunque fuera muy de vez en cuando. Además querría dar las gracias a todos aquellos que han seguido visitando la pagina, y muy especialmente a aquellos que se han preocupado por mi ausencia (mención especial a Fani, y sobre todo a J-pop).

Solventado este primer punto, y como dirían en mi casa: 'al lío'.

Durante mi expedición londinense, asalté el Museo Británico con ahínco, y entre las distintas colecciones me llevé una agradable sorpresa: exposición especial sobre cerámica japonesa. La colección presentada, que se anuncia con el título de este post, versa sobre los 'Dogû', unas figurillas cerámicas de la cultura Jômon, de propósito incierto pero muy singulares. La cultura Jômon, recibe su nombre ('marcado con cuerda') de sus restos cerámicos, los cuales se caracterizan por tener una decoración que en principio se realiza mediante la impresión de cuerdas sobre la arcilla fresca. No será este un rasgo significativo, pues muchas otras culturas (en la península ibérica, por ejemplo), usaron una metodología similar; habrá que centrarses en la cronología y en estos extraños dogû, para percibir su peculiaridad.

En la colección se insiste en que la cerámica jômon es la más antigua, y lo cierto es que la cronología para esta cultura (12000 a 3000 a.n.e.) es lo suficientemente dilatada como para que sea plausible sugerir tal cosa... Yo particularmente tengo mis reservas, y esperaré a tener más datos antes de oponerme con el vigor de la refutación, así que de momento lo tomo como algo orientativo. Lo que sí es cierto, es que podríamos considerar a la cultura jômon como una de las que inventaron la alfarería, sin influencias externas.

Los dogû plantean una situación distinta. Estas figurillas, por lo general antropomorfas, no parecen tener una finalidad concreta, y se las ha encontrado apiladas junto a los hogares. Puede que fueran dioses domésticos (a la manera de los lares romanos) o figuras votivas, representaciones ancestrales, talismanes o amuletos, etc. Si conocieron una evolución en el plano estético, ¿qué nos hace pensar que no lo sufrieron también en el uso?


Los dogû se caracterizan por una esquematización y/o geometrización, que los convierte en figuras imposibles, y fuertemente enigmáticas. Me explicaré. La factura esquemática o geométrica en sí, no plantea ningún misterio, pero cuando a través de la simplificación se produce una riqueza en la composición y unas figuraciones poco corrientes, la mente se dispara intentando encontrar una posible correspondencia. El hecho de que alguna de las estatuillas parezcan astronautas favorece esa tendencia.


Así pues, los dogû unen una finalidad inconcreta a unas representaciones extrañas, dando lugar a uno de esos enigmas que tanto gustan al gran público. En Japón son una fuente de inspiración artística y protagonizan manga y anime, alimentando aún más esa tendencia a la especulación que ya existe en el imaginario popular japonés.