miércoles, 19 de agosto de 2009

Españoles en Japón

Ayer tuve la oportunidad de ver "Callejeros Viajeros. Tokyo" por segunda vez (la primera fue por el maravilloso Youtube), y me sorprendió la cantidad de situaciones en la que pueden encontrarse allí los españoles. Tantas que me dieron ganas de escribir este post... Así de aburrido estoy.

A ver, en serio, hay una clasificación primaria por ocupación: ¿trabajas o estudias? En función de una u otra, podemos atribuir una serie de características propias, que aunque no podemos aplicar de manera restrictiva (la casuística personal es infinita), si al menos de manera general. Los que trabajan tienen una visión de los japoneses quizás 'menos romántica', y aprecian virtudes pero dejan entrever defectos y problemas de convivencia. Los estudiantes, por el contrario, quizás también por estar en una dinámica de estudio e/o investigación, encuentran quizás menos oportunidades para compartir la cotidianeidad con los nipones. ¡Que no me pase a mí lo mismo!

Quizás la categoría 'trabajadores' sea demasiado elusiva para dar con el segmento que quiero precisar, por eso creo que hay una segunda clasificación, basada esta vez en la duración de la estancia, que está además determinada por la proyección de permanencia o no en el país, y las circunstancias concomitantes. Por un lado están los que llevan poco tiempo su estancia será breve (estudiantes y trabajadores con la intención de pasar sólo unos años en el Japón, adquiriendo así experiencia). Es un grupo heterogéneo, lo sé, pero quizás participen del denominador común del sesgo favorable hacia la cultura nipona.

El otro grupo es el de los residentes de larga duración, ya sea por trabajo o familia, que participan de la vida cotidiana japonesa y viven sus tensiones y pulsiones. Éstos, en mi modesta opinión, cuentan con una opinión más moderada, cuando no objetiva, de la realidad japonesa. En realidad las reacciones pueden oscilar entre la maravilla y el optimismo rampante (propio por ejemplo de personas que han formado recientemente una familia allí, y viven sus primeras experiencias), hasta una ecuanimidad sombría donde los detalles más escabrosos o peliagudos de la sociedad nipona no le son desconocidos ni les dejan indiferentes. Por supuesto no creo que sea un proceso tal que implique un enfriamiento con el transcurrir de los años, habrá casos y ejemplos de todo tipo... Pero en esto, como en cualquier cosa, a medida que la gente crece y madura, quizás es menos proclive a dejarse llevar por el júbilo y tiende a ser más prudente y objetiva.

Por supuesto son todos opiniones personales, sin un atisbo de celo científico, así que no os paséis demasiado despellejándome. Eso sí, después de ver el documental una segunda vez, surgen dudas perentorias... ¿porqué dice un cocinero que los japoneses desayunan sushi? ¿porqué no contó más cosas sobre su convivencia con los japoneses, la haafu madrileña? ¿es inevitable sacar siempre a los mismos frikis (cosplayers, rock'a'billies, gothic lolitas, etc.? ¿porqué salen personajes como 'el niño cagao', que ya tiene su propio grupo de gente que le odia en Facebook? Lo que me lleva a cuestionar la orientación del reportaje... No es exclusivo de "Callejeros", pero su caso es paradigmático: situación de la mujer/homosexualidad, comidas raras (véase también asquerosas), mendigos y/o drogas, tópicos, etc. Es decir, la misma 'mierda' de cada día (que me perdonen los pudorosos). Habrá que quedarse con los reportajes y documentales de la BBC. El único punto positivo es el detalle de la cafetería gatuna: nunca se ven bastantes criaturas peludas que usan su kawaiiness (¡¡toma invento!!, sustituible por 'kawaiicidad') para conseguir comida y cuidados intensivos con un mínimo de gasto emocional.



Y ahora os conmino: ¿Qué pensáis de las categorías de hispánicos especímenes en tierra nipona suprascritas? ¿Y de los reportajes chanchulleros?

7 comentarios:

  1. Coincido plenamente en que la haafu de Madrid tendría que haber hablado más, creo que eso hubiese sido lo más interesante de todo el reportaje (junto con lo de los vagabundos y la comida de cera). Pero en general no estuvo mal de reportaje, que está bien un poco de variedad (fíjate si había variedad que sacaron al niño cagao, hijo de... ¿quién era?). Lo de las cafeterías de gatos sí que lo sabía (me muero por ir a una) pero no lo de alquilar perros :O y vestirlos con kimono...

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  2. Está claro que se busca impactar. Si quieres que alguien vea tu programa tienes que mostrar lo más extraño, lo menos cotidiano que haya, por eso muestran las comidas más raras y asquerosas, o muestran a los personajes japoneses como las goticas y tal...es cuestión de que llame la atención. Y es entretenido, pero uno sabe que esa no es la realidad del día a día. De todas formas yo también odio al niño cagao :s Kovidara

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  3. Es una pena entonces que, con el fin de mantener o crear audiencia, lo último en lo que se piense sea en hacer un ejercicio de responsabilidad. No me sorprende que los reportajes o documentales tengan sesgos, y tampoco que la intención dominante sea la de la captación de audiencia, pero ésta última es una forma de prostitución que aliena el espíritu del formato.

    No dejan de parecerse a los libros que los románticos escribían sobre la España del s. XIX, donde la exacitud y el rigor se veían sustituídos por el morbo.

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  4. Anda, no sabía que podía comentar con mi propio nombre...lo he descubierto comentándole a NemuriNeko. Pues sí, la televisión es así...de todas formas se dicen cosas interesantes sobre Japón en ese reportaje, quitando personajillos.

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  5. A mi el reportaje me gusto (tb era la segunda vez que lo veia) eso si, no hay que tomarlo como una verdad absoluta en plan "todos los japos son asi", sino como pinceladas anecdoticas de un pais. No hay que pensar que todos los japoneses van con pintas raras o les encanta el flamenco.
    La verdad, a día de hoy, echo en falta un documental en condiciones sobre la vida en Japon. Lo que conozco es a través d blogs y reportajes como ese, que no muestran la realidad, sino los frikis autoctonos.

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  7. Lo más cercano que se puede encontrar hoy día a un documental decente sobre algún aspecto de la vida japonesa, suele estar en inglés (los excelentes documentales de la BBC, Japanorama, por ejemplo, o los de la última semana sobre Japón en la BBC Four), y muchas veces desfasado en lo que concierne a la vida cotidiana.

    En España seguimos a lo nuestro, haciendo obras de calidad cuestionable y cmuy parciales. Por supuesto, eso no quita que se pueda pasar el rato con ellos e incluso que se aprendan cosas nuevas.

    Me alegra verte por aquí Crematia, y espero que me visites más a menudo.

    Un saludo!!

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