martes, 11 de agosto de 2009

La J-League, menos 'J' que nunca

Hace algunos años, unos compañeros de facultad apasionados por la cultura japonesa y yo, tomamos una iniciativa bastante peculiar. Mandamos un correo a un equipo de fútbol de la liga japonesa (de la segunda división en este caso), concretamente al Avispa Fukuoka, ofreciéndonos como futbolistas para dicho club. Un pulcro e-mail escrito en inglés (ya que nuestro nivel de japonés era insuficiente), en la que expresábamos nuestro deseo de jugar en la J-League (Japanese League de fútbol se entiende, aunque allí lo americanicen como sakkaa, de soccer) y abríamos la puerta a una posible sesión de pruebas en la que los técnicos del club pudieran testar nuestras habilidades.


Por supuesto, este derroche de arrojo se debe a que partíamos del prejuicio de que unos amateurs españoles debían ser mejores que los profesionales japoneses, y más en un equipo de categoría inferior... Y también un poco por pasar el rato y divertirnos con una tontería como esa. Por supuesto, no nos contestaron. Quizás tuvimos suerte porque después de ver un par de partidos de la J-League, no estoy muy seguro de que diéramos la talla... No es la Premier, ni el Calcio, ni la Liga, pero no son unos completos inútiles (algo que no estoy muy seguro que no fuéramos los remitentes de aquella carta).


El tiempo pasó, y uno de aquellos compañeros llegó a jugar en la liga universitaria japonesa, con una progresión que se vio frenada en seco por una lesión. Durante y después de la experiencia, nos contaba las peculiaridades del mundo del fútbol universitario en aquel país: los madrugones para entrenar, la inexistencia de días festivos o de descanso, la ignorancia y cerrazón ante ciertos planteamientos tácticos que se salieran de 'lo que manda el capitán', el sistema de senpai y kohai, las nomikai (reuniones para beber) de todo el equipo, los partidos en 'patatales' rurales, etc. Pero me llamó la atención que mencionara la creciente aistencia a los partidos, algo que confirmé observando las gradas llenas en los partidos televisados. Quizás las campañas como ésta del estadio Ajinomoto, sede del FC Tokyo y del Tokyo Verdy, tengan algo que ver, aunque quizás simplemente el fútbol esté viviendo una época dorada en Japón.


No hablaré sobre el calor de las gradas niponas, que algo que está fuera de mi alcance, pero sí comentaré algo sobre un aspecto curioso de la liga japonesa: Los nombres de los equipos.


En la liga española todos estamos acostumbrados a que parte de los nombres de los equipos estén en inglés, o que incluso el orden de los mismos lo sea. Es decir, no solo 'Racing' o 'Athletic', sino también Fútbol Club X o X Fútbol Club, en lugar de Club de Fútbol X y su su inversa. Esto es en cierto modo comprensible ya que el deporte del fútbol tal y como lo conocemos hoy día, es de origen británico, y la fundación de estos clubes se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando no existía tradición futbolera en España. E incluso en muchos casos las fundaciones se llevaron a cabo por británicos que residían en la península, lo que refuerza esta tendencia. Además, los nombres extranjeros hacían referencia a aspectos específicos del deporte que supuestamente se practicaba en el club en cuestión. Pero, ¿cuál puede ser el origen de los nombres extranjeros en la J-League?


Hay una gran diversidad cronológica en la formación de los clubes nipones, y la mayoría de ellos han pasado por numerosas transformaciones y fusiones, hasta el punto de que algunos son irreconocibles. Además, se ha introducido hasta cierto punto el sistema de franquicias, propio de los deportes norteamericanos, lo que dificulta aún más su seguimiento temporal. La gran parte de los clubes se formaron gracias a la filantropía de grandes empresas (Fujitsu, NTT, Mitsubishi, etc.), para competiciones de tipo amateur, por lo que dependían de ellas para su existencia y sufrían sus crisis; así que tendremos que esperar hasta 1992 para poder ver la aparición de una liga japonesa de equipos profesionales.


Quizás sea por motivos de marketing o por que resulte 'molón', pero la inmensa mayoría de los 36 equipos que conforman las dos divisiones de la J-League, tienen nombres extranjeros, sin que puedan aducirse fundaciones por foráneos o un completo desconocimiento del deporte en sí. Un ejemplo que refuerza la teoría de aplicar al nuevo fenómeno futbolero aspectos 'cool' de la cultura contemporánea, es que la mayoría de los clubes tengan escudos de rancia inspiración británica, y que los nombres apenas guarden relación con el deporte en sí.


De los 36 nombres, 28 tienen un origen no japonés (excluyendo componentes como Football Club o United, que me parecen hasta cierto punto naturales). Es decir, se componen del nombre de la sede del equipo (Tochigi, Chiba, Osaka, etc.) más un aditamento en lengua extranjera. Hay varias cosas que me llaman poderosamente la atención, y una de ella es que muchos nombres no sean anglosajones: 7, igual número a aquellos equipos cuyos nombres tienen componentes del español. Porque esto es lo que más me llama la atención, los nombres españoles. Supongo que ello se debe al hecho de que el fútbol hispano y especialmente la liga española, son referentes internacionales. Así tenemos no sólo al Avispa Fukuoka, sino también al Cerezo Osaka, Kashiwa Reysol, el Ômiya Ardija (de 'ardilla', la 'j' en japonés suena como la 'll' española), el Yokohama F. Marinos, el Júbilo Iwata (así, con tilde y todo) y por último el Consadole Sapporo (donde lo español sería la adición de 'ole'). Precisamente este club es un ejemplo de mescolanza entre japonés e idioma extranjero, buscando homófonos y dobles sentidos, que hacen que investigar el origen de los nombres sea una tarea divertida.

Un ejemplo es el Sanfrecce Hiroshima, donde san es de 'tres' en japonés y frecce de 'flechas' en italiano, y hace referencia a una anécdota de tiempos feudales (nipones). Otro caso curioso es el del Vissel Kobe, donde 'vissel' parece un compuesto inventado de dos palabras anglosajonas: victory ('victoria') y vessel ('navío'), o sea el 'barco de la victoria' que navega en el escudo del club. Pero donde llegamos al esperpento, es en el Shônan Bellmare, donde 'bellmare' es un compuesto imposible de dos palabras latinas, bellum y mare, donde la primera se entiende por bello y la segunda por mar. Bueno, no la pifian del todo, mare es mar, pero bellum es guerra... No se si en Japón servirán de mofa, quizás no, pero vamos: se lucieron.

Y con esto concluyo mi 'demostración' de que el marketing y el coolness fueron guía en la configuración de los nombres extranjeros de los clubes, antes que rasgos propios de las localidad (que se da en poquísimos casos). Pido disculpas por lo extenso: Prometo no torturar tanto en lo sucesivo.

4 comentarios:

  1. Es que ponerle a un equipo un nombre en japonés tiene que ser difícil... Personalmente, me quedo con las Avispas y las Ardillas xD.

    Completamente off-topic... quizá lo del Bellmare podría ir más por lo de Marbella, "美しい海". Vale, no...

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  2. qué interesante...es curioso, la verdad. Además es que los nombres: como el de Avispa o Ardilla, parecen sacados de equipos de colegio o algo así xD pa unas cosas tan suyos y pa otras les da igual hacer un batiburrillo de procedencias :P Kovidara

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  3. Donde esta el espiritu japones en su futbol?
    Aqui lo que manda es el marketing y los nombres kakkoi!!

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  4. Totalmente de acuerdo. Luego ves las gradas y ves a mucha gente... pero en silencio!! No se si es que las entradas de fútbol estarán muy baratas o qué.

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